Cómo mantener el negocio competitivo ante las disrupciones
La velocidad con la que ha evolucionado la tecnología desde los años 90 ha cambiado completamente la manera en que funcionamos. El mundo digital, el internet de las cosas, la conectividad de la gente, el avance en la medicina, entre otros, han cambiado drásticamente al mundo.
Ante esta evolución, si es que queremos mantenernos competitivos, a la gestión empresarial no le queda otro camino que evolucionar también.
El poder de la imaginación, que es lo que ha permitido a la humanidad dominar a las demás especies del planeta, se ha potenciado tanto con la tecnología que hemos caído en una “creatividad destructiva” ya que los impactos positivos de los modelos de negocio que antes duraban varias décadas e incluso siglos, ahora solo duran 1 década o menos. Me parece oportuno compartir las 10 principales tecnologías emergentes para 2019 de acuerdo al World Economic Forum, para que tengamos una idea de lo que viene:
Negocios exitosos… ¿por cuánto tiempo?
- ¿Cuánto duraron Blackberry y Blockbuster?
- ¿Cuál ha sido el impacto de Amazon en los empresas retail tradicionales?
- ¿Qué causa el rápido crecimiento en la industria alimenticia de los remplazos de la carne como Morning Star o Beyond Meat?
- ¿De qué forma ha enfrentado la industria musical la transición de long-plays-cd´s-mp3-ipod-spotify?
- ¿Cómo enfrentará la industria de la moda de la moda el “mindset de conservación” de las nuevas generaciones de consumidores que ha originado la industria de “ropa reciclada” en crecimiento?
¿Qué hacer para mantener el negocio competitivo?
Si queremos que el negocio, especialmente si es familiar, se mantenga competitivo, no quedará más remedio que evolucionarlo. Para lograrlo, cada generación de miembros de la familia con un rol en la empresa o cada generación de ejecutivos que trabajan en ella, les tocará hacer el aporte al negocio que le corresponde a su generación a través de:
- Actualizarse y aceptar la realidad de que necesitan hacerlo constantemente.
- “Corporativizarse,” es decir, comprometerse a profesionalizar toda la gestión empresarial, desde lo que le corresponde a la Junta Directiva hasta lo que hacen las bases de colaboradores.
- Crear “eco-sistemas de innovación,” fácil decirlo, difícil lograrlo pues normalmente implica inversión en recursos intelectuales que conllevan altos costos.
- Disciplinarse para cumplir con procesos estratégicos que lleven a la empresa a definir los proyectos con los que lograrán sus objetivos, definir las métricas para monitorear efectividad y establecer la cultura de liderazgo para la ejecución.
- Comprender que en el siglo 21, para potenciar el recurso financiero hay que potenciar el recurso humano y el intelectual: por primera vez hay 4 generaciones que componen la fuerza laboral y hay que saber alinearlas para sacarle provecho. Dejar de pensar que los “millennials” no quieren trabajar sino pensar que lo que quieren es tener mejores líderes, y entender que los años de experiencia en un modelo maduro no necesariamente nos llevará al éxito en el entorno actual.
- Balancear el tiempo dedicado a las tareas diarias con las tareas que construyen la visión a largo plazo. Entender qué es relevante y qué puede tercerizarse en otros para maximizar la inversión en el capital intelectual de la empresa.
Sin distinguir la industria o el tipo de negocio, la meta de toda gestión empresarial es lograr un crecimiento rentable y sostenible. No existe una fórmula única para lograrlo, sin embargo “corporativizar” sin duda nos impulsa a mejorar en cada nivel de la organización, y en las próximas ediciones exploraremos lo que debe aportar cada posición relevante en este proceso.
Eda Ramos de Pereira
CEO, Grupo Siuma
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